Randas de Ansó y Hecho

Randas de Ansó y Hecho

El proyecto de recuperación de las randas de Ansó y Hecho comenzó a materializarse en junio de 2010, en la reapertura del Museo de Etnología de Zaragoza. Unos meses antes, había oído hablar por primera vez de un encaje sin patrón que se realizaba en Ansó y que se utilizaba para adornar los sofisticados y característicos cuellos de las camisas femeninas del precioso y peculiar traje tradicional ansotano.

Como encajera aficionada al estudio y la investigación del encaje me sentí inmediatamente atraída por el hecho de que en mi región se hiciese un tipo de encaje tan antiguo y primitivo, así que  a partir de ese momento me propuse estudiar el tema. La oportunidad me surgió, el día de la apertura del Museo gracias al encuentro casual con un grupo de mujeres ansotanas, voluntarias todas ellas del Ropero municipal de Ansó que está encargado de la custodia y mantenimiento de más de ochenta trajes antiguos, tanto femeninos como masculinos. 

Durante mi conversación con ellas descubrí que la realización de este encaje se había perdido por completo y que ya no quedaba nadie que supiese hacerlo. En ese instante me propuse recuperlo y evitar que se volviera a perder. También descubrí que utilizan la palabra randa para denominar a este pequeño encaje que se coloca en el borde del cuello. Según Carmen Caro Baroja, en su libro El encaje en España, pág. 30, “Randa es el primer nombre que se le da al encaje, aun cuando también se llamaran así todos los adornos que bordean una pieza de tejido de cualquier clase que fueran y al fondo calado del encaje. Su origen etimológico viene del sajón (rand, orla, borde); cuando las randas terminaron más adelante en picos, se añadió lo de puntas o puntillas”. 

Los objetivos de este trabajo de recuperación han sido  crear un catálogo con los diagramas técnicos de  los diferentes modelos de randa que se conservan y formar a las encajeras para evitar que vuelva a desaparecer esta parte de nuestro patrimonio cultural,  ya que actualmente, como he dicho, no queda nadie allí que sepa hacer este tipo de encaje sin patrón.

Para lograr el primer objetivo han sido necesarios varios viajes a Ansó y la inspección y fotografía de todas las camisas que se han puesto a mi alcance. A lo largo de mi trabajo inicial de investigación, descubrí, que en la vecina localidad de Hecho, el cuello de su preciosa camisa, estaba también adornado por un encaje similar. Tras no pocos esfuerzos conseguí fotografiar tres camisas antiguas que se han conservado casi milagrosamente, una de ellas está totalmente destrozada, pero mantiene el encaje en un aceptable estado de conservación. La fortuna además me acompañó y los tres encajes eran diferentes, por lo que ha sido posible catalogar tres modelos distintos de randas de Hecho. Hace unos meses fui autorizada a fotografiar las camisas de Ansó y Hecho conservadas en el Museo del Traje de Madrid. En sus fondos hay tres camisas de Ansó, cuyas randas ya tenía catalogadas y dos de Hecho. Una de ellas lleva encaje mecánico y es sin duda una reproducción. La otra afortunadamente es antigua y la randa que tiene es diferente de las tres que ya tenía estudiadas.  

Todas las randas, tanto las 23 que tengo catalogadas de Ansó, como las cuatro de Hecho, están elaboradas con hilo de lino, tejido a mano, del mismo con el que se tejía la tela de las camisas. No tienen una anchura superior a los 25 mm y las de Ansó están hechas con 9 pares de bolillos excepto una que es de 8, mientras que las tres de Hecho están trabajadas con 10 pares, excepto una que tiene 9 y es igual que una de las catalogadas en Ansó. En ambas solamente se utiliza el punto de tejido, también llamado punto de tela o zurcido o entero, según las zonas, y vueltas. Para conseguir los escasos calados que llevan, en las randas más complicadas, se añade algún cambio de guía simple.

 Los encajes de bolillos sin patrón, también llamados domésticos porque se realizan principalmente para uso personal y casi siempre para adornar los vestidos o los tocados, son muy primitivos. Se pueden encontrar ejemplos de este tipo en toda Europa, desde Suecia y Rusia, hasta el sur de España, pasando por los países de centro Europa, Francia e Italia. Tienen en común que para su realización se utilizan alfileres únicamente en los laterales del encaje y curiosamente a veces se emplean almohadas muy similares, sin embargo, los resultados pueden llegar a ser extremadamente distintos entre los encajes de unas zonas y otras. En algunos casos se utilizan hilos de colores y en otros sólo el blanco. En cuanto a los puntos empleados, a veces sólo es uno, cómo en el caso de las randas de Ansó y Hecho, pero otras se emplean varios, por lo que su ejecución resulta muy complicada, sin el apoyo de un cartón o picado. 

Una vez dibujados los diagramas técnicos de todos los modelos, se han elaborado los diagramas de color y junto con las fotografías de las randas originales y de las randas reconstruidas se ha confeccionado un catálogo. 

Para conseguir éstas últimas se han utilizado diferentes hilos con el fin de encontrar el más idóneo y similar al original, tarea que ha resultado difícil y que todavía no se ha logrado a la perfección, pese a los numerosos intentos, pues las hilaturas actuales de lino poco o nada tienen que ver con lo que hacían artesanalmente las mujeres de Ansó y Hecho.

En Junio de 2012 se iniciaron las actividades relacionadas con el segundo objetivo del proyecto: la difusión y enseñanza de la técnica a las encajeras. Para ello se elaboró un primer curso de formación que se impartió los días 8, 9 y 10 de Junio en la localidad de Ontinar de Salz. Han tenido que pasar casi cuatro años para poder repetir la experiencia, contando esta vez, por fin, con encajeras de la zona y que se impartirá el día 2 de Mayo en la localidad de Ansó.