UN ENCAJE MECÁNICO

UN ENCAJE MECÁNICO

Una de las tareas más divertidas y satisfactorias que he acometido como encajera es la de reproducir un encaje antiguo. De un trocito de puntilla sacar los diagramas y el picado y luego rehacerlo es un reto emocionante.

En este caso se trataba de un encaje mecánico que perteneció a mi abuela y que mi madre guardaba junto con otros fragmentos realizados manualmente por ella, una hábil encajera a la que no tuve la suerte de conocer, y a los que en algún momento les llegará el turno.

No sabía mucho de encajes mecánicos, así que la primera tarea, como documentalista que soy, era buscar información y estudiarla. Distinguir un encaje mecánico de uno manual es en la mayoría de las ocasiones… relativamente fácil. Clasificar correctamente un encaje  tanto mecánico, como manual requiere varios pasos… y muchísima práctica.  Y hacerlo con precisión… no es tarea nada fácil y exige muchísimos conocimientos.

El primer paso es hacerse con un buen instrumental de aumento, ya sean lupas tradicionales o un microscopio de ordenador de los que permiten tomar fotografías y pueden llegar a los 1000X.

El segundo, decidir a simple vista, en la medida de lo posible, qué tipo de hilo es (nylon, algodón, seda, lino…), eso podrá darnos en algunos casos orientación sobre la fecha aproximada del encaje, pero sobre todo, según de que fibra se trate (nylon, poliéster) nos dirá ya si el encaje es mecánico.

En tercer lugar decidir si es manual o mecánico, estudiando los fondos, los diseños, el hilo de contorno si lleva…

En cuarto lugar, si es manual, de qué tipo: de aguja, de bolillos, ganchillo… y si es mecánico, con qué tipo de máquina está hecho; Hay cuatro grandes familias.

En quinto lugar, datarlo y más difícil aún, decidir el país de origen.

Y siempre, siempre, anotar qué detalles son los que nos han llevado a decidir una u otra cosa.

De mi fragmento de encaje, de 105 cm de largo por 3 cm de ancho, a simple vista sólo podía decir que era, sin ninguna duda, un encaje mecánico imitando torchón, muy probablemente en hilo de algodón muy fino, comprado en la primera mitad del siglo XX por mi abuela, pero  decidir con qué tipo de máquina estaba hecho… imposible sin un trabajo de documentación e investigación exhaustivo que empecé con ilusión. Presentaba el característico  medio punto diagonal de los encajes mecánicos que imitan el encaje de Chantilly y que también se puede encontrar en los encajes manuales holandeses de Gravenmoer. En un primer momento pensé en la máquina Barmen, desarrollada en 1890 y que según algunos autores realizaba imitaciones perfectas del encaje de Torchón y de otros encajes sencillos, pero todos los ejemplos que pude encontrar hechos con dicha máquina eran de encaje de Guipur. Y los únicos ejemplos en los que aparecía el medio punto diagonal, eran imitaciones de Chantilly hechas con una máquina Pusher, que a su vez era una variación de la máquina de bobinas inventada en 1809 por John Heathcoat y que imitaba a la perfección los encajes de Lille (fondo de tul) y los de East Midlands… En fin, que tras recopilar una abundante documentación y leerme unos cuantos artículos… llegué a la conclusión de que efectivamente son dos máquinas diferentes, pero no sé cómo trabajan exactamente ninguna de las dos. Tal vez debería visitar una fábrica…

Una vez dada por finalizada mi investigación teórica, llegaba el momento de comenzar con la práctica. La primera decisión era si reproducir exactamente la pieza, imitando el medio punto diagonal mecánico con la técnica de Gravenmoer, o “manualizar” el modelo transformando el medio punto diagonal en el medio punto del encaje de bolillos. Y decidí la primera opción porque tenía el atractivo añadido de tener que aprender algo nuevo, unas primeras nociones del encaje holandés de Gravenmoer. Para ello lo primero que hice fue buscar documentación sobre el mismo  que contuviese además la técnica para realizar el medio punto de ese modo tan peculiar. Una vez encontrada y estudiada hice una muestra y me puse a trabajar con mi fragmento de puntilla mecánica.

En primer lugar fotografié la muestra para poder estudiarla en el ordenador, convenientemente aumentada, después la dividí en secciones individuales, la onda por un lado, la curiosa araña, trabajada a punto de tejido, pero también  en diagonal y con una pasada final a medio punto por otro, y finalmente el triángulo del pie. Una vez obtenidos los picados parciales, los uní en uno solo y así obtuve el picado del encaje. Todo ello con papel milimetrado y a mano, pues en aquel momento todavía no conocía ningún programa de ordenador para hacer patrones.

El siguiente paso era hacer el diagrama de color y para algunos detalles especialmente complicados, también el diagrama de hilos. Las máquinas hacen unos encajes bastante bien imitados, pero tienen limitaciones por el momento. Son incapaces de realizar el medio punto tal y como lo hacemos manualmente por ejemplo y son también incapaces de realizar determinados cruces de pares, entre otras muchas cosas. En el caso de mi encaje, estas limitaciones estaban en  el paso de un triángulo al siguiente, en el paso de una onda a la siguiente y en los picots o puntillones de la cabeza del encaje  y yo me encontré nuevamente ante el dilema de dar una solución propia del encaje manual o reproducir exactamente lo que la máquina había hecho… y opte por lo segundo porque me pareció más retador y divertido, excepto claro, en los puntillones que decidí hacerlos con vueltas para que quedasen sujetos y no desapareciesen al quitar el alfiler.

Creo que me deje un poquito de vista en el intento, pero finalmente descifre como estaba hecha la media luna que separa las ondas de medio punto diagonal y observe que en el centro llevaba un punto de retorno, XVVX. Sigo sin entender porque una máquina que no parece tener problemas para cruzar los hilos en diagonal necesitaba hacer un punto de retorno en vez de cruzar los pares sin más. Cuando rehíce la puntilla lo probé y no había diferencia, salvo porque cambiaba los pares. Pero había decidido reproducir exactamente el encaje mecánico y mantuve el punto de retorno en el centro.

             

Si en la media luna me había resultado difícil entender el por qué de ese punto de retorno, la solución mecánica del paso de un triángulo a otro en el pie del encaje fue aún peor. Pensé que alguno de los múltiples cruces de  pares  que se  utilizan en la técnica del encaje de guipur habría resuelto el problema de una manera más simple. Pero estaba decidida a imitar a la máquina y tras dejarme otro poquito de vista en ello, conseguí reproducir el complicado  cruce y dibujarlo.

Con los diagramas de hilos dibujados quedaba el reto de representarlo en el diagrama de color de pares… Utilice el código de colores belga: rojo para el punto de tela con vueltas o punto entero, verde para el medio punto, morado para el punto de tela o tejido y amarillo para representar los movimientos de un hilo individual. Para el punto de retorno XVVX me decidí por un círculo, notación que  se utiliza para representar un punto de sujeción, también llamado “ragusa” en algunas técnicas y que no es lo mismo, XVXVX, pero no encontré otra solución. Y este fue el resultado:

                                                           

 Y una vez acabados el picado, el diagrama de color y los diagramas de hilos… sólo quedaba elegir tamaño e hilo y rehacer la puntilla. Decidí en el último momento hacer el pie con alfiler después de cuatro en lugar de como estaba en el original.