Una pequeña muestra de los distintos tipos de bolillos que podemos encontrar

En primer lugar una aclaración: voy a hablar en todo momento en femenino y no en el gramaticalmente correcto género neutro que abarca a ambos sexos, porque las mujeres encajeras somos abrumadoramente mayoritarias desde tiempo inmemorial. Así que, por favor, que no se sientan discriminados los encajeros actuales, que algunos conozco y son excelentes.

Yo creo que todas las encajeras nos sentimos fascinadas con nuestras herramientas básicas de trabajo: los bolillos. Hay tantos y tantos modelos distintos que su adquisición es una tentación permanente... nunca tenemos suficientes. Aunque todas tengamos algún modelo favorito para trabajar, comprar al menos una nueva pareja del último que nos ha llamado la atención es una constante. Al menos para mí. Siento gran curiosidad por los modelos que se usan en otros países  y aunque yo suelo trabajar con los llamados suizos de 12 cm en madera de palisandro, lo cierto es que no todas las labores puedo hacerlas con ellos, además de que me gusta trabajar en la medida de lo posible, los distintos encajes con los bolillos propios. Por este motivo hoy voy a seguir hablando de bolillos, esos palitos torneados que algunas utilizamos para hacer encaje y otras, obras de arte…

Para hacer encaje, los bolillos han sido tradicionalmente de madera, pero también existen de otros materiales más exóticos, nobles y/o caros, hueso, marfil, plata, cristal, incluso papel…, aunque algunos de éstos, evidentemente, resulten más decorativos que de uso real. Actualmente también es posible encontrarlos en materiales modernos, como el plástico de colorines o el metacrilato… sobre esto no haré ningún comentario sólo diré que a mí me gusta muchísimo más la madera, es otra de mis debilidades. … tanto que mi marido me trajo de un viaje a Honduras un pequeño muestrario de diferentes maderas, que tengo colgado bien a la vista, jajajaja. No soy ninguna experta, ya me gustaría, así que no son muchas las clases de madera que puedo distinguir si no llevan etiqueta o el artesano me dice el nombre… pero alguna soy capaz de reconocer.

En la elección del bolillo con el que vamos a trabajar hay que tener en cuenta varias cosas: el grosor del hilo empleado, si utilizamos un hilo fino y ponemos un bolillo muy pesado tendremos problemas a la hora de tensionar, sobre todo si usamos una almohada vertical, después, el tipo de encaje y el número de bolillos que vamos a necesitar. Si se requiere muchos bolillos y los ponemos gruesos, corremos el riesgo de quedarnos sin espacio de trabajo, y si lo que vamos a hacer es un encaje de cinta o un encaje contemporáneo, que lleve muchas uniones a ganchillo, un bolillo demasiado largo o sobre todo que no esté acabado en punta nos complicará mucho la labor. También es importante el método de trabajo que vamos a utilizar, no es lo mismo hacerlo con el método abierto que con el método cerrado, lo que condicionará a su vez el tipo de almohada que debemos emplear, si elegimos el primero, el más habitual en España, la almohada será vertical o cilíndrica y la tensión la ejercerá en gran medida el propio bolillo por la fuerza de la gravedad, aunque por supuesto no sólo, también es decisiva la mano de la encajera. Si elegimos el método cerrado, la almohada será plana y la tensión la ejercerá únicamente la encajera sin ayuda de la gravedad, por lo que el bolillo debería tener un ensanche en la parte final que nos permita tirar del hilo más cómodamente. Otros dos factores condicionantes para la elección son el gusto personal de cada una, a mí por ejemplo no me gustan los bolillos excesivamente largos, salvo para trabajar con lana o lino grueso... y por supuesto y esto es tan importante como todo lo demás, el presupuesto que tenemos. El mismo bolillo en madera de guatambu, no cuesta igual que en madera de ébano o de palo de serpiente, por ejemplo, y tampoco pesa lo mismo, ni tiene el mismo tacto, ni produce el mismo sonido… Tampoco es lo mismo un bolillo liso que uno muy torneado, que, aunque sea mucho más atractivo a la vista puede resultar incomodísimo para trabajar…

En cualquier caso, vaya como consejo, aunque sea algo obvio: todos los bolillos utilizados en una labor deben ser lo más homogéneos posible, si no iguales, para que el trabajo sea más cómodo y el resultado más perfecto. Si llevamos reseguido, a mí personalmente me gusta ponerlo en un bolillo diferente, más grande que los demás.

Voy a centrarme en los bolillos más comunes y habitualmente utilizados desde siempre para hacer encaje, los bolillos de madera, que pueden ser de diferentes maderas y tener diversas formas según el país o incluso la zona del mismo de la que estemos hablando y actualmente también de la fantasía del artesano que los elabore. El encaje antiguamente era en muchos casos un medio de vida o una ayuda para la economía familiar y las herramientas que se usaban tenían como fin principal, la utilidad. Los bolillos eran de maderas de la zona, más baratas y fáciles de conseguir y la forma se ajustaba al tipo de encaje que se hacía en esa zona y al método de trabajo que éste requería, lo mismo que la almohada. Pero claro, las encajeras de antaño no eran muy distintas de las actuales… y los bolillos pasaron de ser meros palos simples de madera a convertirse en muchos casos en objetos bellamente tallados o de maderas nuevas y lujosas, traídas de lejos, pero sin llegar a perder nunca su utilidad. En los últimos años, desde que hacer encaje de bolillos se ha revitalizado, pero ya no como un trabajo sino como un entretenimiento relajante y divertido, el capricho de tener bolillos bonitos, aunque no sean exactamente los más indicados, o incluso no sirvan en absoluto para su finalidad, se ha convertido casi en norma, jajaja, y muchas encajeras se dejan llevar por las modas, desgraciadamente también a la hora de elegir la almohada y no siempre eligen la más adecuada, ni la usan correctamente... pero de eso hablaré otro día.

Actualmente tenemos un amplísimo abanico de posibilidades a la hora de elegir bolillos, no cómo cuando yo empecé realmente en serio, hace unos 20 años, entonces, al menos en mi ciudad, resultaba complicado el acceso a material interesante y por supuesto, Internet no era lo que es ahora… Ni de lejos.

En estos momentos podemos encontrar bolillos que siguen siendo prácticamente iguales a los de antaño, que conservan en general el nombre geográfico de origen, o también el del tipo de encaje para el que se utilizan, y que siguen siendo perfectos para trabajar, podéis ver ejemplos en la entrada "Mis primeros bolillos". Pero también podemos encontrarlos del mismo tipo, actualizados con algunas variaciones en la forma de la cabeza, por ejemplo, o en el tamaño, o con preciosos y artísticos tallados en el cuerpo, o pintados o simplemente en maderas variadas y exóticas que no son propias de la zona… características todas que los convierten en objeto de deseo, sin dejar de resultar prácticos para hacer encaje. Y por último y gracias a la fantasía y creatividad de los artesanos que los hacen podemos encontrar modelos y formas tremendamente atractivas y artísticas y en distintos materiales, pero útiles solamente como objetos de colección… codiciados objetos de colección. La variedad, en cualquier caso, es casi infinita y el intento de clasificación u ordenamiento, prácticamente imposible... pero veamos algunos ejemplos, empezando por los españoles.

Bolillos muy, muy antiguos, tallados a mano con ramitas de boj, propiedad de Casa Fanal, Ansó (Huesca) y utilizados en tiempos para hacer las exclusivas Randas de Ansó que adornan los cuellos de sus preciosos trajes tradicionales femeninos.

 

Bolillos artísticos, magnificamente tallados a mano por el artesano aragonés Miguel Angel García. Podrían encuadrarse dentro del bolillo de tipo catalán.

Fuente de las fotografías www.visitaonline.net/bolillos

 

Bolillos tipo catalán modernizado, en madera de amaranto realizados por el artesano Fco. Javier Herrero de Bolillos Badalona y perfectos para trabajar cualquier encaje que no requiera enganches con ganchillo por su acabado recto. Son finos y se pueden encontrar en distintos largos y  en muchas y muy bellas maderas diferentes.

 

Bolillos que también podrían entrar en el grupo de los bolillos catalanes. Están realizados en diferentes maderas exóticas (entre las que sólo reconozco el amaranto, el wengué, el palo rojo y el guayacán) procedentes del desguace de un yate de lujo y realizados por un artesano del que no tengo el nombre. Son perfectamente válidos para trabajar, de hecho los he usado en múltiples ocasiones.

 

Bolillos de fantasia,  de tipo catalán  creados por el artesano Esteban Olivé Cams  Requieren una gran habilidad técnica porque algunos están realizados con varios tipos de maderas diferentes unidos entre si y van decorados con abalorios, metal o minerales. El tercero por la izquierda de la primera fotografía es un homenaje a Gaudí, realizado en ébano y guayacán.

 

Bolillos antiguos de Almagro (Ciudad Real), seguramente de olivo. Fotografía obtenida de www.todocoleccion.net

 

Bolillos antiguos de Almagro (Ciudad Real) ligeramente tallados y no blanqueados, costumbre bastante habitual en la zona.

 

Bolillos tipo Almagro (Ciudad Real)  modernos hechos de madera de olivo  con decoración totalmente  artesanal de arcilla polimérica.  Esta pequeñas y alegres obras de arte están hechas por  BolilleArte   pero desgraciadamente sus autores  estan dejando esta actividad y en breve resultará imposible adquirir estas bonitas joyas.

 

Reproducción de antiguos bolillos gallegos, no los corrientes que aparecen en mi primer post sobre bolillos, están hechos en palo de rosa, palisandro y nogal.

 

 Bolillos sevillanos antiguos de marfil, propiedad de R.U.

 

Reproducciones en maderas de  acacia, nogal, fresno, haya y palisandro de antiguos bolillos sevillanos originales en madera de ébano pertenecientes a la colección de R.U.

 

Bolillos antiguos de Monovar (Alicante)  generalmente de madera de almendro o de frutales y bastante largos, entre 14 y 16 cm

 

Preciosos bolillos modernos tipo Monovar (Alicante) realizados por encargo mio, según las medidas que yo necesitaba, 18 cm de largo total, pero con un cuello bastante más largo que sus originales antiguos, para poder poner más cantidad de hilo grueso y la base en punta suave para facilitar posibles enganches. Están hechos en madera de bubinga por el artesano Fco. Javier Herrero de Bolillos Badalona Pulidos a mano uno a uno... sencillamente magníficos. Una delicia trabajar con ellos.

 

Bolillos checos modernos, ambos modelos en madera de cerezo. Los pequeños miden 11,5 cm y los grandes, especiales para trabajar con hilos muy gruesos, 26 cm

 

Reproducción en palo de rosa de un bolillo holandés del siglo XVII 

 

Bolillos ingleses, tipo Midland, en madera de ébano con detalle de peltre en el cuerpo reproduciendo nudos celtas y abalorios hechos en Gales de Acorn Bobbins

 

Reproducción de antiguos bolillos de Queyras (Francia) ¿a qué son preciosos?

 

Bolillos podría decirse de tipo danés, con un toque de fantasía pues la cabeza no se corresponde con los tradicionales daneses y uno de los modelos presenta un tallado en el cuerpo. Están hechos en maderas de ébano y sándalo con adornos metálicos

 

Bolillos daneses modernos y "corrientes" es decir sin el anillo de abalorios con que este tipo concreto de bolillo danés antiguo solía ir decorado en la parte del pie. Se pueden encontrar en Hi Drej

 

Bolillos de cristal

 

Bolillos de plata, hueso y onix de la artesana joyera italiana  Roberta Dazzini   Tombolo mania 

 

 

Bolillo tipo Cantú (Italia) , hecho de cerámica, regalo de la asociación napolitana Il fil'armonico con motivo del primer encuentro del grupo Fiore e tombolo en Rimini (Italia)

 

Bolillos artísticos españoles, los dos de la izquierda representan a Dalí y Gala, el tercero a la Virgen del Pilar